Calatrava completa su puente en Venecia

domingo, 12 de agosto de 2007 |

Tras muchos años de expectación y polémica por parte de venecianos y turistas, el puente creado por Santiago Calatrava para la ciudad de los canales es ya una realidad tangible. Y es que ayer se logró ensamblar el arco central del mismo -de 55 metros de largo y 250 toneladas de peso- después de sortear obstáculos que en muchos momentos llegaron a parecer insalvables.
Así, para llegar al emplazamiento definitivo que hoy ocupa -la famosa plaza Roma- la enorme estructura del arquitecto español tuvo que pasar por debajo del célebre Puente de Rialto ante la mirada expectante y angustiada de millares de venecianos, que asistieron a la maravilla de cómo una gigantesca grúa con la ayuda de un remolcador era capaz de trabajar sobre el mítico, pero también demasiado angosto Gran Canal sin causar daños que hubieran sido irreparables.
Tampoco resultó tarea fácil la colocación de los primeros fragmentos del puente, al tener que encontrar los puntos de apoyo adecuados, pues incluso el diario «La Repubblica» llegó a advertir del riesgo de «hundimiento de las orillas» por la presión que ejercería la estructura sobre el débil y fangoso terreno sobre el que está conformada Venecia.
Sin embargo, más allá de malos augurios, parece que el puente del español -de las increíbles medidas de 85 metros y 420 toneladas- ocupará finalmente el lugar privilegiado para el que fue -hace ya demasiado tiempo- pensado y que se constituirá como la primera obra arquitectónica posmodernista de Venecia, cuyos materiales estarán conformados por una estructura de acero, ornamentada con piedra blanca de Istria y cortavientos de cristal.
Pero la obra del arquitecto valenciano, además de una función estética, resultará también una construcción funcional, pues no sólo constituirá un espectáculo iluminado para las noches venecianas, sino que servirá para unir la plaza de Roma con la estación ferroviaria de Santa Lucía, justo donde termina el Gran Canal.
A pesar de que los diversos fragmentos del puente han sido recibidos entre los aplausos emocionados de los ciudadanos, lo cierto es que los opositores al mismo también se han hecho escuchar.
Voces contrarias
Así, durante estos días, varias voces contrarias a la construcción aseguraron que la obra y su diseño pensado en metal rompería la armonía que caracteriza a la ciudad y por la que muchos turistas la visitan año tras año. Para ellos, una construcción de estas características podría acabar con el encanto y la melancolía romántica que ha inspirado obras como la conocida «Muerte en Venecia», de Thomas Mann.
El grupo de voces discordantes también ha venido protestando por el gran coste del proyecto que se inició en 1997, ya que si en un principio su presupuesto se había centrado en tan sólo un millón de euros, lo cierto es que ha llegado a superar incluso los diez millones.
Estas razones bastaron para que varios grupos de ciudadanos no dudaran en recibir a la obra en medio de silbidos y eslóganes que reclamaban una vuelta atrás en el proyecto, del que se aseguró que sería «el puente de nunca acabar», pues las otras construcciones que conforman el Gran Canal -el puente de Rialto, el de la Academia y el de los Descalzos-fueron construidos con mucha más rapidez.
A esta oposición se unieron incluso las protestas del propio constructor por falta de pagos y la denuncia del ex comisario europeo Carlo Ripa di Meana por el enorme retraso en las obras. Sin embargo, la que va camino de convertirse en la obra más polémica del arquitecto español -a pesar de que su figura siempre ha estado acompañada por esta fama-ha tenido que enfrentarse a una nueva acusación, pues los venecianos, liderados por la voz de su alcalde, Massimo Cacciari, han declarado que el puente carece de rampas adecuadas para que los discapacitados accedan de forma sencilla al mismo, por lo que se preve colocar un ascensor que cumpla la función requerida por todos.
El cuarto, español
Aunque el Ayuntamiento ha dado a la construcción el nombre de «Cuarto Puente», parece que aún no existe una denominación definitiva para la obra de Calatrava, que, aunque ya es un experto en estas lides, pues ha diseñado puentes espectaculares para ciudades tan conocidas como Londres, Buenos Aires, Sevilla o Berlín, ha conseguido realizar una de sus mayores proezas en una ciudad que cuenta con la llamativa cifra de 434 de estas construcciones. Un verdadero lujo para los amantes de la belleza y el arte, al que ahora se une la aportación de un español.
Pero más allá de falta de calificativos para el puente, lo cierto es que desde ayer la capital de la región del Véneto respira un poco más tranquila, pues parece que sus construcciones han conseguido permanecer intactas y que en el futuro mes de noviembre será posible caminar ya por el espléndido y recién estrenado puente o pasear bajo su sombra a bordo de una de las míticas góndolas venecianas.
Antes de que llegue ese esperado momento, Calatrava deberá hacer frente a las acusaciones que pesan sobre su proyecto y asumir nuevas polémicas y retrasos burocráticos. Sin embargo, con la esperada instalación del arco central,el arquitecto valenciano ha conseguido una proeza histórica para el mundo de la arquitectura, pues sólo su obra ocupará el lugar privilegiado de contemplar, junto a los otros tres grandes puentes del Gran Canal, el discurrir pausado y mágico de la ciudad de los canales.

Via ABC

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