El chofer francés Henri Paul que manejó el auto que conducía a la princesa Diana de Gales y al novio de ella, el egipcio Dodi Al Fayed, la madrugada del 31 de agosto de 1997 en París, sabía que no debía hacerlo, según se informó en la Corte Suprema de Londres.

Paul, el jefe suplente de seguridad del Hotel Ritz en la capital británica, fue informado momentos antes de comenzar ese viaje que no era su trabajo manejar el auto de la pareja, pero decidió no decir nada.

Franois Tendil, el encargado de la seguridad durante aquella noche, dijo que no vio señal alguna de que Paul había estado bebiendo, aunque controles de sangre posteriores al choque mostraron que manejaba con exceso de alcohol en la sangre.

Tendil contó que se diseñó un plan para evitar a los fotógrafos, al trasladar a la pareja desde la parte trasera del hotel, mientras el conductor de Dodi permanecía en la parte delantera del Ritz para engañar a los paparazzi.

Según el jefe de seguridad, Dodi, Paul y dos guardaespaldas, Trevor Rees Jones y Kes Wingfield, decidieron ese plan.

Así fue como Tendil se enteró que Paul sería el conductor de Diana y Dodi minutos antes de que el grupo partiera del hotel.

"Mi reacción fue que no era su responsabilidad manejar, porque había muchos conductores en el hotel", explicó el hombre ante los juristas de la corte londinense.

Además, explicó que Dodi estaba "loco, enojado y hasta enfurecido" por las actividades de los paparazzi y en un momento Diana debió calmarlo.

Durante el interrogatorio en la corte de Londres, Tendil dijo que fue Paul y no Dodi quien le informó sobre los cambios de planes.

El padre de Dodi, el empresario Mohamed al Fayed, está convencido que los servicios secretos MI6 ejecutaron un plan para asesinar a Diana debido a que sospechaban que la princesa estaba embarazada.

La Corte Suprema de Londres, que analiza desde el pasado 2 de octubre la muerte de Lady Di y de su pareja, debe determinar su ambos murieron como consecuencia de un accidente automovilístico o de un complot de asesinato llevado a cabo por los servicios secretos y ordenado por el príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II.

Via lasegunda

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