Estados Unidos llora la muerte de dos hombres obsesionados por la aventura

sábado, 1 de diciembre de 2007 |

En una semana EE.UU. perdió a dos intrépidos aventureros: Steve Fossett, que entre sus hazañas dio la vuelta al mundo en un globo aerostático, y Evel Knievel, que intentó saltar un río en una motocicleta propulsada por un cohete.

Millonarios convertidos en figuras legendarias durante las últimas décadas ambos conjugaban un protagonismo permanente a través de la obsesión de poner en riesgo su vida en cada oportunidad.

Fossett, de 63 años, en realidad desapareció el 3 de septiembre mientras sobrevolaba con su avioneta un paraje inhóspito y montañoso de Nevada.

Esta semana su esposa pidió a las autoridades que lo declaren oficialmente por muerto tras fracasar los esfuerzos por encontrar los restos del aparato en el desierto.

Knievel falleció el viernes en Clearwater (Florida) a los 69 años debido a una fibrosis pulmonar y una diabetes que lo postraron en cama durante los últimos meses.

A diferencia de Fossett, Knievel se había retirado de toda actividad desde hace unos años cuando sus enfermedades le impidieron realizar sus temerarias hazañas.

Figura durante más de 20 años, sus proezas en la motocicleta quedaron inscritas en la historia del espectáculo itinerante de este país y en la década pasada la Institución Smithsonian le rindió su homenaje con exposiciones en que lo presentaba como “El legendario intrépido de América".

Pero, para muchos estadounidenses, el recuerdo más nítido que se tiene de él es su indumentaria con los colores blanco, azul y rojo de la bandera de EE.UU. y su fracasado intento en 1974 de saltar el río Snake montado en una motocicleta propulsada por un cohete.

También se le recuerda por la ocasión en que estrelló su vehículo contra el famoso hotel casino “Caesar’s Palace” de Las Vegas varios años después.

Ese intento terminó con el “legendario intrépido” en el hospital con una veintena de huesos rotos y un estado de coma que duró más de un mes.

Knievel inició su carrera en 1965, cuando creó un grupo de motociclistas que recorrió el país realizando saltos con sus máquinas sobre muros en llamas, leones, tiburones y decenas de autobuses en línea.

Su fama lo llevó a Londres donde, en 1974, saltó con su vehículo sobre trece autobuses. Se fracturó la pelvis en la caída, pero regresó con un honorario de seis millones de dólares en los bolsillos.

Knievel se incorporó al cine y la televisión y en el decenio de 1980 y se interpretó a sí mismo en un episodio de la entonces popular serie “La mujer biónica".

Actores famosos como George Hamilton y Sam Elliot interpretaron papeles de Knievel en los que se relataban algunos capítulos de su vida.

Sin las luminarias del cine y la televisión, Fossett llevó una vida más apagada, pero siempre llena de aventuras y planes para llevar a cabo nuevas proezas.

Una de ellas la realizó en 2002 cuando completó un viaje en globo aerostático sin escalas alrededor del mundo durante el que recorrió más de 37.000 kilómetros en catorce días.

Tres años después realizó sin repostar el primer vuelo en solitario alrededor del mundo partiendo desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida (EE.UU.), con destino en la costa del sur de Inglaterra tras recorrer casi 40.000 kilómetros.

Según su página en internet, Fossett había establecido 115 récords mundiales o hazañas de aviación llevadas a cabo exclusivamente por él, incluido el vuelo más rápido en un avión no supersónico.

En 2001, Fosett y su tripulación completaron la navegación transatlántica más rápida en una embarcación a vela, con una marca 43 horas.

Un año después, completó el primer vuelo solitario en globo alrededor del mundo, y dos años más tarde, junto con una tripulación, hizo la travesía de circunnavegación más rápida en una embarcación a vela, en 58 días.

Sus actividades incluyeron cruzar a nado el canal de la Mancha, además de escalar algunos de los picos más elevados del planeta o disputar la carrera Iditarod, un peregrinaje de 1.770 kilómetros en trineo a través de Alaska.

Fossett “no tenía ninguna razón para desaparecer,” según su mujer. “Era un hombre feliz y pasional, envuelto en su búsqueda de la aventura.”

Su desaparición, cuando aparentemente buscaba un terreno propicio para romper algún otro récord en el desierto de Nevada, fue una sorpresa por su capacidad para superar los peligros demostrada durante los años.

En el caso de Knievel “fue algo que se veía venir, pero incluso así fue inesperado,” manifestó su amigo y agente Billy Rundel.

Via emol

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