Denzel Washington y Russell Crowe renuevan la visión del mundo de la mafia

jueves, 1 de noviembre de 2007 |

"American Gangster" llega mañana a los cines de EEUU de la mano de dos de las estrellas más rutilantes de Hollywood, Denzel Washington y Russell Crowe, que aportan un prisma diferente a esta nueva aproximación del cine al género mafioso.

El cara a cara entre estos dos colosos de la interpretación, que ya coincidieron en "Virtuosity" (1995), es la principal atracción de la cinta, en la que Washington retoma un personaje al margen de la ley y Crowe encarna al policía encargado de poner fin a sus actividades.

"No tuve dudas al aceptar al papel (de malvado); antes de 'Training Day' nunca me los habían ofrecido, pero todo se limita a la calidad del material y los actores y el director con los que trabaje", afirmó Washington al portal "comingsoon.net".

Se trata de la tercera colaboración en siete años de Crowe con el director británico Ridley Scott, tras "Gladiator" (2000), que le supuso al actor neozelandés el Óscar al mejor actor, y "A Good Year" (2006).

El dúo tiene pendiente otros dos proyectos para el futuro próximo: "Body of Lies", junto a Leonardo DiCaprio, y "Nottingham", donde el actor interpretará a Robin Hood.

En cambio, es la primera vez que el actor afroamericano, ganador de dos Óscar por sus papeles en "Glory" y "Training Day", coincide con Scott, quien le ha dado la posibilidad de interpretar a un personaje real, el narcotraficante Frank Lucas, a quien Washington retrata en su ascenso y caída.

Lucas, que utilizaba los féretros de soldados estadounidenses traídos de Vietnam para distribuir heroína por Nueva York, se enriqueció ostensiblemente en la década de los 60 gracias a ese sistema, hasta que las autoridades consiguieron echarle el guante.

El propio Lucas, postrado en una silla de ruedas en la actualidad, estuvo presente durante el rodaje del filme, y dio consejos a su 'alter-ego' en la pantalla y al resto de intérpretes.

"Es increíble cuando tienes delante a la fuente de la historia, viva, erudita, y con ganas de discutir las cosas contigo", manifestó Crowe a la revista Entertainment Weekly.
La cinta aporta aire fresco a un género nunca devaluado y que periódicamente se regenera con títulos que reflejan las inquietudes sociales de cada época.

Una de las primeras piedras la colocó Howard Hawks en 1932, con su obra "Scarface", Protagonizada por Paul Muni, Hawks radiografió las miserias económicas del pueblo estadounidense en plena Depresión.

Aquella cinta tendría una nueva versión más de medio siglo después bajo la dirección de Brian De Palma, con guión de Oliver Stone y el protagonismo de Al Pacino, en uno de sus papeles más recordados, el del narcotraficante cubano Tony Montana.

El escenario había cambiado. Se había adecuado al contexto del problema migratorio en EEUU y a las tensas relaciones entre ese país y Cuba.

Antes de Montana, fue la familia Corleone, surgida de la pluma de Mario Puzo y plasmada en imágenes por Francis Ford Coppola, la que reivindicaba el honor y los valores familiares en las dos primeras partes de "The Godfather".

Luego fue Martin Scorsese quien recogió el testigo. Actualizó los códigos de Coppola en 1990 con "Goodfellas", donde diseccionó, con un ritmo frenético acorde a los tiempos, la vida cotidiana de los hampones.

Cinco años después, el cineasta neoyorquino modernizó su discurso en "Casino", que retrató el ocaso del crimen organizado ante el florecimiento de las corporaciones multinacionales.

Incluso la televisión ha sido testigo de los nuevos derroteros que tomaron esas historias gracias a "The Sopranos", la serie que, a lo largo de seis exitosas temporadas, mostró los recovecos del día a día en una familia mafiosa.

Su protagonista, Tony Soprano, es la personificación del gángster "último modelo" del siglo XXI, asolado por los problemas matrimoniales, testigo de la fase rebelde de sus hijos y con la necesidad de acudir al psicólogo debido al estrés de su trabajo.

Via emol

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