Demi Moore, la que fuera la estrella mejor pagada de Hollywood en los años 90 y que, tras retirarse un tiempo vuelve ahora con fuerza, explica cómo a sus 44 años el secreto es "abandonar la ilusión de la juventud para celebrar el esplendor de la madurez".
Manteniendo su calidad de superestrella, Moore ofreció hoy una conferencia de prensa para presentar "Un plan brillante", película con la que se clausura la 55 edición del Festival de San Sebastián, adonde llegó ayer casi de hurtadillas, sin anunciarse la hora y entrando por la puerta trasera del hotel, lejos de las cámaras.
Versiones para este desplante hubo varias. La oficial: que no quería quitar protagonismo a Liv Ullmann, quien ayer recibía el premio Donostia. Otra, un poco más malévola: que se veía con mal aspecto tras el vuelo transoceánico y no estaba dispuesta a romper su cuidada imagen.
Y una tercera más venenosa, que se extendió como la pólvora y que coincidía con el apodo con el que era conocida en los círculos de Hollywood durante sus días de mayor éxito, "Gimme More" (Dame Más), a la hora de hablar de beneficios y porcentajes.
Según dicha versión, Moore habría requerido cierta cantidad de dinero por hacer el posado oficial de entrada y, ante la negativa del Festival donostiarra, recurrió a hacerlo de incógnito.
Hoy sí cumplió con los planes previstos para la promoción de su filme: posado ante las cámaras y encuentro con la prensa; eso sí, con retraso propio de estrella.
Una vez en la sala, con un vestido de gasa negra y su larga melena lisa, Moore mostró su cara más afable para contar cómo le había fascinado trabajar en "Un plan brillante".
"Nunca me fijo sólo en el personaje, sino también en el equipo con el que voy a rodar; y, en este caso, me gustó la época que retrata, los años 60, el ser una mujer de negocios que lucha en medio de un mundo de hombres por lograr un puesto de ejecutiva y que va abandonando su vida para convertirse en un ser frío", comentó Moore, quien se puso a las órdenes de Michael Radford.
Además, sumó el hecho, no menos importante, de volver a trabajar junto a Michael Caine, quien había hecho de su padre en su primer largo, "Lío en Río". "Me encantaría tener una carrera tan dilatada como la suya, y como él, llegar al plató, a los 74 años, con la misma pasión, energía y alegría de ser actor que él posee".
Moore, que alcanzó su mayor éxito en 1990 con "Ghost" y llegó a ser la primera actriz en cobrar 10 millones de dólares por película, se mantuvo en la cumbre a lo largo de esa década, hasta que la taquilla y la crítica le dieron la espalda con fracasos como "La letra escarlata", "Corrupción a un jurado" o "Striptease".
La actriz decidió entonces alejarse de Hollywood para dedicarse a su familia y sus tres hijas y, como confesó hoy, "pensaba si sería difícil el regreso. Y realmente fue un desafío encontrar papeles interesantes. Tienes que ser muy meticulosa para hallar un material diferente".
De hecho, Moore eligió un pequeño papel en la segunda entrega de "Los Ángeles de Charlie", para luego mantenerse con interpretaciones en cintas de calidad como "Bobby", ahora "Un plan perfecto", mientras tiene a punto de estrenarse "Mr. Brooks", donde comparte protagonismo con Kevin Costner.
"La carrera de una actriz tiene subidas y bajadas, es como una ola y lo único que puedes hacer es lanzarte a ella, montarte en la ola", apunta Demi Moore, quien señala que la belleza es algo que "puede jugar a favor o en contra, depende de cómo la contemples".
Y concluye: "En mi caso ha jugado a favor, pero lo esencial es no depender de ella para conseguir tu objetivo final".
Via eluniversal
Demi Moore: "Hay que celebrar el esplendor de la madurez"
sábado, 29 de septiembre de 2007 Publicado por Shujel en 11:20 | Etiquetas: Demi Moore
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