Sobrevivientes recuerdan tragedia de Los Andes

A 35 años de ocurrida la tragedia de Los Andes, los sobrevivientes y sus familias recuerdan y rinden homenaje a los que quedaron bajo la nieve.

``Aunque 35 años parecen mucho, yo la vivo intensamente esta fecha``, dijo el sábado el arquitecto Eduardo Strauch, padre de cinco hijos, uno de los cuales Pedro, viaja a Boulder, en el estado de Colorado a aprender montañismo, ``que le apasiona``.

``Cada año vamos toda la familia y amigos al lugar del accidente en la cordillera de Los Andes a rendir homenaje a los 29 que quedaron allí``.

La historia de Strauch puede repetirse a otros 15 compañeros que salvaron su vida milagrosa y penosamente, cuando debieron alimentarse de los cuerpos de sus amigos, al agotar todos los alimentos del avión. Fue una dura decisión.

El 13 de octubre de 1972 un avión de la fuerza aérea, un Fairchild volaba a Santiago de Chile donde el equipo de rugby de Old Christian iba a jugar un partido contra un equipo chileno cuando ocurrió el accidente en medio de una tormenta y el avión cayó en las montañas.

Y comenzó a escribirse la historia cuando de los 45 pasajeros y tripulantes, 16 de ellos estaban vivos y perdidos ``en la nada``, como dicen. Montañas y hielo, vientos y tormentas.

Tres de ellos, Roberto Canessa, Fernando Parrado y Antonio Vizintín, visto la situación decidieron salir en busca de la salvación. A poco de andar, relató Strauch, Vizintín retornó a los restos del avión, pero los otros dos prosiguieron la marcha.

Avistaron a un arriero, a quien le comenzaron a gritar. Era Sergio Catalán, que vive en San Fernando.

Catalán relató que ``primero creía que eran turistas que saludaban``, pero después cayó en la cuenta y retornó rápidamente a pedir ayuda y la salvación del resto de los sobrevivientes. Era el 21 de diciembre.

El arriero estará hasta el martes estará en Montevideo, invitado por los sobrevivientes. Fue homenajeado el viernes por la noche con una cena. ``Se le llenaban los ojos de lágrimas a cada rato``... se emocionó mucho y hay que tener en cuenta que tiene 80 años``, comentó Strauch.

En su momento, los sobrevivientes tomaron la iniciativa y mediaron para que Catalán pudiera recibir una prótesis de cadera que le permite ahora desplazarse.

Strauch, por su lado, vivió otra situación que no dudó en considerar otro ``milagro``.

Fue cuando en febrero de 2005 recibió una llamada que le informó que el montañista mexicano Ricardo Peña en uno de sus viajes encontró su chaqueta, su pasaporte y algo de dinero uruguayo y en dólares y se los hizo llegar.

``Fue algo grandioso. Con Peña ahora somos íntimos amigos y cada año nos encontramos con él para viajar a la montaña. Mi hizo Pedro viaja a Boulder, Colorado a recibir clases de montañismo que le apasiona y Peña es su profesor``, dijo Strauch.

La experiencia de los sobrevivientes es materia de estudio en varios colegios de los Estados Unidos y el libro ``Alive`` (Viven) forma parte es parte del currículo estudiantil en un colegio de San Diego.

``Nosotros damos conferencias periódicamente. Tratamos sobre todo el ser humano, su comportamiento y los recursos que tiene. Además formamos la Fundación Viven. Transmitimos nuestra experiencia que pese al tiempo no se agota. Es un aprendizaje de la vida``, indicó.

Via eluniversal