Casi seis millones de dólares fue lo que cobró Jade Goody hace unas semanas a revistas y canales de televisión para que transmitieran su boda con Jack Tweed.

Los contratos con los medios no cesaron hasta el final, y la moribunda estrella, que finalmente falleció ayer por la mañana víctima de un cáncer de útero, fue criticada por muchos por vender hasta su muerte.

Sin embargo, no todo lo que buscaba era la fama, que ya había alcanzado gracias a su temperamento y su participación en Gran Hermano siete años antes.

La educación de sus hijos para que, en sus propias palabras, no fueran ignorantes como ella, era su más importante objetivo. Y los asi seis millons de dólares que, según publica el Daily Telegraph, logró juntar gracias a la venta de los derechos de su propia privacidad en sus últimos días de vida ya la han asegurado.

Los niños, Bobby, de cinco años y Freddy, de cuatro, vivirán con su padre, el ex marido de Jade, Jeff Brazier, con quien se han estado quedando los últimos días, ya que hasta el último momento de su vida, la mediática Goody pidió expresamente a su madre que no la vieran morir.

"Siempre he querido que mi familia tenga lo que yo nunca pude, no me importa lo que me cueste", dijo Jade una vez durante su estadía en la casa de Gran Hermano.

"Mis hijos tenían que ir a un colegio privado y, a pesar de que me cuesta más de dos mil libras el trimestre, me he gastado todos mis ahorros en darles esa educación".

Y, a pesar de que saltó a la fama siendo ridiculizada por su falta de cultura y sus malos modales, la herencia que ha dejado a sus pequeños les asegura que no correrán el destino de su madre.

Via latercera.com

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