Los padres de Britney Spears temen por su vida

jueves, 7 de febrero de 2008 |

Los padres de Britney Spears temen por la vida de su hija, dada de alta el miércoles para retomar un presente en el que sus progenitores y un misterioso "manager" se acusan de codiciar su fortuna, la justicia le impide ver a sus hijos y la prensa rosa la trata como un manjar.

"Como padres de una hija adulta en la agonía de una crisis de salud mental, nos sentimos extremadamente decepcionados al saber esta mañana que, pasando por alto la recomendación de su psiquiatra tratante, Britney fue liberada del hospital donde ella podría estar mejor cuidada y que la mantendría a salvo", escribieron en un carta pública Jamie y Lynne Spears la noche del miércoles.

"Estamos profundamente preocupados por su seguridad y su vulnerabilidad y pensamos que su vida actualmente está en peligro", advirtió el texto de dos padres que desde su hogar de Louisiana (este de EEUU) soñaron con hacer de sus pequeñas unas verdaderas estrellas del espectáculo.

Mientras documentos judiciales confirmaron que las extrañas andanzas de la cantante de 26 de años se deben a problemas mentales serios pero curables, la industria de los tabloides especializados en la vidas de ricos y famosos lejos de tomar distancia de un caso médico no ha hecho más que escudriñar y publicar cada paso de Spears varias veces al día todos los días.

El miércoles Britney Spears fue dada de alta del hospital UCLA Medical Center en Los Angeles (California, oeste) por razones que este jueves son puestas en duda por gran parte de los cronistas del espectáculo.

En una cadena de hechos con abundante patetismo y donde la ética de familiares directos y fotógrafos ha quedado al margen de los acontecimientos, Spears intentó salir discretamente del hospital el miércoles, pero pocos minutos después el país entero podía ver en directo por la cadena local Fox 11 cómo unos 15 fotógrafos la asediaban sobre su auto.

El circo de este episodio convertido en "noticia" tuvo su clímax cuando los paparazzi empezaron a seguir a toda velocidad el Mercedes deportivo con Spears a bordo, aparentemente sin rumbo, y sitios como TMZ.com transmitieron en directo los hechos bajo el título: "Persecución de Britney".

Los barrios exclusivos y residenciales del oeste de Los Angeles, como Beverly Hills, fueron escenario de este último capítulo donde la intérprete de "Baby one more time" cada tanto sonríe con ironía y/o fastidio a los fotógrafos, con lentes oscuros enormes y una peluca sucia.

Mientras poco se sabe sobre el estado del tratamiento siquiátrico de la artista, los padres de Spears llevaron a los tribunales una disputa con el autodeclarado "manager" de la cantante, Sam Lutfi, a quien acusaron de drogar a su hija e intentar controlar todo en su vida.

"El señor Lutfi drogó a Britney. Cortó la línea telefónica de la casa de Britney e hizo desaparecer los cargadores de su celular. Quiere controlar todo", indicó Lynne, la madre que poco antes de que su primogénita cayera en desgracia y su benjamina, actriz de un canal infantil, anunciara estar embarazada a los 16 años, estaba por publicar un libro sobre el deber de ser madre.

Las declaraciones de los padres de Spears contra el empresario que se dijo tener potestad sobre la fortuna de Spears, calculada en casi 50 millones de dólares, llevó el viernes a la jueza Reva Goetz a emitir una orden de alejamiento contra Lutfi.

La jueza además ordenó la internación de Spears el viernes, al menos hasta el 14 de febrero, confiando a su padre y a un abogado la custodia de la joven y de su multimillonaria cuenta bancaria.

La hospitalización de Spears había obligado al juez Scott Gordon a postergar hasta el 19 de febrero una audiencia sobre la custodia de sus dos hijos, Sean Preston, dos años, y Jayden James, de uno, que pelea con su ex esposo, el bailarín Kevin Federline.

Este jueves Britney Spears "anda suelta", tituló el sitio Perezhilton.com, y los paparazzi también, con el auspicio de tantas rotativas como cadenas de televisión.

Via afp

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