La soledad pone en problemas al Dr. House

El final de la tercera temporada de "Dr. House" marcó una nueva etapa. El genial y sarcástico médico se quedó solo en el departamento de diagnóstico, después de despedir a uno de sus eternos colaboradores y tras la renuncia de los otros dos.

Ahora, en la cuarta temporada, que parte el 22 de noviembre a las 21:00 horas por Universal Channel, House tendrá que buscar un nuevo equipo. Poco amigo de lo convencional, el doctor someterá a un grupo de más de 30 postulantes a una especie de reality show que tendrá eliminados cada episodio.

Fue una jugada arriesgada para una serie que cada temporada ha ido aumentando su audiencia con una fórmula probada y que ya promedia 19 millones de espectadores. Pero Fox ha sacado cuentas alegres: "Dr. House" es el programa de ficción más visto de la cadena; tanto así, que fue el elegido para transmitirse después del Superbowl, el evento más visto por el público estadounidense. A eso se suma la abnegada adoración de la crítica.

En gran parte, el responsable de esta máquina arrolladora es su protagonista, Hugh Laurie. El británico que ya tiene dos Globos de Oro gracias a este papel y que ha logrado que el público idolatre al personaje, pese a su moral cuestionable. Pero, como House, Laurie lidia con sus fantasmas.

El actor padece desde hace años de depresión clínica, que se trata con psicoterapia. Ésta parece haberse agudizado por el hecho de que, aunque lleva más de tres años en Los Angeles, su mujer y sus tres hijos siguen en Inglaterra. De hecho, la semana pasada el actor abandonó sorpresivamente las grabaciones para viajar a verlos, y a su regreso confesó estar agobiado por el estrés que significa trabajar en "House" y su excesiva autocrítica con su desempeño.

Sin embargo, Laurie aún tiene por delante al menos dos años para convivir con su alter ego: su contrato dura cinco temporadas y los niveles de audiencia sugieren que al público le falta mucho para agotarse del misántropo doctor.

Via elmercurio